20 febrero 2005

La que no eres

¿cuántas veces puede alguien despedirse de sí mismo?
O cuántas palabras bastan para convencerse de que la luna se ha dormido bajo el regaso de otro planeta despareciendo la noche...
Cuántas traiciones debe alguien sufrir para reconocer que su acto ha terminado en heridas de almas frías y en manos de corazones insensibles; corazones que no titubean ante la suerte maldita de un foráneo alimentándose de fugaces placencias y de sonrisas que no mercen respuesta...
Estoy agotado de no ser feliz, y me entristece más aún mi reclamo trivial y pseudo-legítimo a la vida, soy lo mismo, soy lo normal, soy tu, soy yo, soy todos. Podría decirse que convivo con todo el mundo cuando simplemente platico conmigo y mi espejo mal trecho, mi reflejo deforme, mi otro yo, el mismo de siempre.
La pasada abundancia hoy se me convirtió en decadencia, en ojos tristes y personas amargas a mi lado, pero ... ¡pero quiero luchar por reavivirlas! , pero ... pero no se cómo, no se cómo.... no se cómo.
Necesito de ti, pero estás muerta, te maté al perder la fe, no se encontarte, no se buscarte y no se encontrame en escombros de mi pasado derrumbado por choques titánicos de emociones microscópicas.
¡Pero qué miserable soy! que pena doy, que lástima provoco. No la necesito, no la quiero, no la compro y... sin embargo, cómo la doy. Quiero amarte pero cómo hacerlo si aún no tienes rostro, no tienes fallas, no tienes errores ni gracias, no eres aún tú, no eres aún mía, no eres aún humana, no eres aún algo más que mi fantasía.
Soñé con tu mirada y tu saludo; no es que este enfermo ni fuera de realidad, es sólo que estoy enamorado de tu sencillez y de tu tiempo, del tiempo que me otorgas en breves pláticas, enamorado de imagenes impresivas de mucho decir y poco opinar, de lo que podrá ser y de lo que podrá faltar.
Pero mi tristeza, como la de muchos, radica en lo poco que podemos considerar nuestros rostros a la sombra de un espejo. Resumiendo cuentas sí estoy enfermo, enfermo de que no llegues, de que no te busco, de que no te ignoro, de que no te olvido .... enfermo... enfermo de decir no.