(Actuary, Finance, Energy Markets, Public Policies, Risk) + (Philosophy, Music, Community) = Reflective Entrophy
23 junio 2005
22 junio 2005
Alerta a las bases del EZLN
Señora sociedad civil (como bien maneja el Sub. Marcos) o como diría el gobierno federal: Ciudadanos, cuidadanas, niñitos y niñitas. En hechos recientes se maneja en los medios, una sorpresiva alerta a las bases del EZLN para anunciar el final de la etapa de reestructuración política-militar del movimiento y de la llegada del tiempo decisivo para mantenerse o abandonar dicha organización rebelde con plena libertad. Con esto, los principales actores de nuestra triste "realidad" política, principalemnte los de derecha, han dado su patética declaración acerca de éstos acontecimientos, calificándolos como patadas y berrinches del autonombrado Sub. Marcos, reflejando la poca importancia que siempre han dedicado a este complejo reclamo que ha encabezado el EZ desde antes de 1994.
Si bien no compartimos todos el medio armado para resolver conflictos, los invito a que al menos leamos e informemos sobre lo que acontece en nuestra vida cotidiana, porque es aberrante la idea de que nuestro representante institucional y supuestamente la mejor vía de expresión de nuestros problemas: el gobierno, necesite muertes como la mejor voz de las injusticias que vive nuestro México de hoy.
11 junio 2005
Infinito
Infinito es la esencia de tu memoria
Cuando no se encuentra el límite de la verdad y los sueños
es cuando llego a tu hogar, entre nubes negras y soles de primavera.
Tú, mi virgen de media luna
y de resplandores hirientes y melancólicos...
eres mi musa ingenua
sin saber que inspiras poesía de muertos
y versos de sentimientos malcriados
carentes de un autor sincero y real.
Infinito es el desprecio que mis ojos
han interpretado en tus despedidas
sin pena ni gloria
Infinito es el el nombre
que nunca termino de suspirar en noches de frío
intenso y de soledad interminable.
Miradas, que son tu virtud,
iluminan mis pensamientos en encuentros accidentales
cuando mis ojos tropiezan
con tus observaciones perdidas ante la nada...
LLenas de gracia mi vacío religioso
y te vuelves mi diosa e
ntre la tempestad del invierno
y mi demonio
durante las calurosas infidelidades del verano.
Infinito es el pecado que nos envuelve
cuando la carne se apropia de la razón
y tu cuerpo de mi urgencia de amar,
no hay garantías para tu regreso
pero si evidencias de mi nostalgia.
Infinito es el contorno de tu piel marrón
Infinito es lo que no encuentro en otras
cuando paseo por humedad ajena y desconocida
... casi divina, instantánea y miserable a la vez.
Infinitos lo quiebres de besos de insomnio
Infinitos los sueños que terminan antes de poder despertar contigo
Infinitos los momentos en que puedo observarte sin que estés ahí
Infinitos los tiempos de olvido que me he impuesto desde tu partida.
No puedo esperar más a que regreses
con tus labios partidos por el deseo y el arrpentimento
rogando por una oportunidad que nunca perdiste
y que aún preservo para ese día de beneficiencia.
Infinitos los acordes que te recitan en mi memoria
Infinitos los deseos de mi pasado por ser dueño de tu presente
Infinito el espacio entre nosotros
Infinito el tiempo que nos separa
Infinito mi largo esperar por tu próximo retorno a ésta... tu tierra extraña.
Infinito es interminable
Infinito el amor que no te pude entregar
Infinito es lejano
Infinito el acompañante de mi desgracia
Infinito es honesto
Infinito el nombre que me consagra
Infinito es cansancio
Infinito mi grito de desesperanza en la borrasca del olvido
Infito soy yo.
Noche de Dogmas
bajo la luz de esta luna,
la que hoy nos protege del vació y de los prejuicios.
Porque el pasado ya ha hecho su trabajo
y las heridas el suficiente daño
y tú me has conquistado con tus recuerdos
con tu presencia con tus ademanes
... pero sobre todo
sobre todo con tu ausencia.
Hoy, más que enamorado de ti,
estoy enamorado de la soledad que me provocas
de la complejidad de tu querer
enamorado de no tenerte,
de siempre verte a lo lejos
después de mi última oportunidad por tenerte.
Ya no quiero una vida contigo
sé que me aburriría
y terminaría por abandonarte
quiero sólo una noche
una noche sin tocarte, sin poseerte.
Quiero una ultima luna para
ser dueño de ti cuando no estás
para dominar la falta que me haces
ya era hora de aprender a amarte
sin necesidad de tu rechazo
prefiero la amabilidad de tu silencio
y de la huella que marcaste en el viento que me sopla.
Quiero que llueva mientras emprendo mi nueva misión
Ahora busco perderte,
Intento no encontrarte
y te escribo cartas cuando sé que no podrás leerlas
te hablo cuando no escuchas
porque seré fiel a tu memoria sin
engañarla con tu presencia...
Tú, la dueña de mi pasado
y ella... la poseedora de mi presente
Tú la fe
Ella el agnosticismo
Tú mi dios
Ella el escepticismo
Tú mi paz
Ella mi incansable búsqueda
Me asombré de tu poder dogmático sobre las ideas y las mentes
me enamoré de perder la certidumbre y rechazar leyes
porque esto... esto no es una carta de amor
es un testimonio de la soledad
proveniente de la falta de un hogar
de un dios por adorar ciegamente
es un homenaje a la falta de fe
Es la necesidad de una última noche...
Una noche para renunciar a lo absoluto
y venerar lo flexible de la verdad
Quiero ver el rostro de lo estático
para no olvidar porque decidí
encaminarme al relativismo
y a lo que no tiene nombre
lo que tan sólo contiene preguntas...
Una última noche para
no olvidar la tranquilidad de
arrojar mi vida al vacío por fe ciega
pero reconfortante y húmeda
hermosa y tierna
Pero al fin de cuentas
Sólo eso, pasiva
interminable e inerte.
Tarde
Estudio atento tus palabras que declaman honestidad en poesía bien escrita y adornada con hilos de dorados sentimiento (según tú, invaluables), tratando de no perder detalle que te sirva después de excusa para argumentar incomprensión. He vivido demasiado para saber que lo peor que puede ocurrir al final de un encuentro es la creación de mártires, de injustos y de condenados; es por ello que hoy te parece fúnebre mi silencio, pero mañana sabrás que es inteligencia, pues el silencio otorga capacidad de escuchar, de razonar detalles imperceptibles a los ojos del enojo, de la sinrazón rencorosa y poco benéfica.
Pero lamentablemente veo que tu único argumento, que viene resultando más bien un intento por no sentirte culpable, es mi incomprensión a tus desvaríos, a tu distancia, a tu indiferencia, a tu infidelidad, a tu falta de decisión, claro, al fin y al cabo, el culpable soy yo por no entender los insultos a mi dignidad.
Y es que no fue falta de paciencia, fue exceso de traiciones. Nunca hubo un gran defecto como terminarías por deducir, más bien fueron todos los insignificantes errores que me robaban un pedacito de vida en cada lagrima discreta. Hoy te veo decir a oídos ajenos que mi falta fue no saber escucharte, yo hoy te aclaro que si tuve algún error fue escucharte de más y sólo a ti, haciéndome el ciego a tus actos contradictorios. Al final, recordé que nadie, incluso ni el más puro estoico, vive de palabras vacías y carentes de acciones que las respalden... nunca entendiste mis miradas ni mi forma de ver la vida, y yo.... yo entendí tanto la tuya que por eso me despido en silencio y por la puerta trasera para evitar el que dirán, - y en caso de que sea necesario para tu virtud - regalarte la victoria.
Es gracioso que menciones como te duele pensar hoy en mí, pero me resulta patético que lo hagas hasta el día en que me marcho.
Aún en estos días sigo esperando ese aroma a café que rodeaba tus manos antes de otorgarme bellas caricias, vivo tus miradas que en algún momento fueron capaces de explicarme cada duda y cada error del mundo, no lo niego, me brindaste placeres que nunca observaste, porque mientras tu te esmerabas por recitar complejas explicaciones, yo sobrevivía con el ultimo roce se tus labios contra mi frente capaz de aclarar enigmas más profundos que mis estúpidos celos.
Pero tu ausencia, mi soledad y tus contradicciones no son ingredientes en la receta para recibir comprensión... mucho menos los mejores argumentos del amor.
Sé que te acuerdas de mí, y odio que empieces a pensar en mi cuando ya no estoy contigo. Me ofreces lágrimas frescas como muestra de cariño... bueno pues yo te regalo las mías en frascos de abandono como muestra de todo el dolor que se me derramó esperándote... y creo que te equivocas de pregunta, porque lo que deberías preguntarte es: ¿Cómo pude causar tanto dolor y exigir comprensión?
Ahora lo único por lo que te recuerdo es ... por enseñarme a olvidar.
No sé como puedes atreverte a reclamar comprensión después de no saber entender lo que perdí y deje ir por ti... y ahora que todo cambió, olvidaré tu nombré, pero atesoraré tu enseñanza: no hay explicación ni justificación que deba estar sobre la dignidad de un buen querer.
No te sientas culpable, ya te lo dije , no necesitas robarme mi tristeza, hace tiempo la perdí en la costumbre de ver cómo se apagaba el reflejo de la estrella que deposité en ti, porque antes de esto, lo demás eran sólo luceros ante tu palpitante presencia, que resultó más fugas que una simple bengala.
Hoy que tienes ganas de hacer lo que te enseñe, sembrar antes de cosechar, quiero dejarte un último consejo:
Antes de decir te quiero, debes aprender a hacerlo.
14 mayo 2005
Tal vez, sólo tal vez mi error
miré con atención y cordura a la extraña persona reflejada con dificultad en aquel cristal cortado
y percibí familiaridad en su triste mirada.
Aquella mujer en la calle, la que logro ver con pesadez, se hace llamar mi madre pero decido no reconocerla como tal y siento a todos como extraños, como invasores de mi mundo, desconozco lo que pasa a mi alrededor y es que hoy desperté en este cuerpo de frágiles pasos y pasado inexistente en una mañana de cielo despejado, de cielo totalmente diferente al que suelo dedicarle pensamientos en cada amanecer.
Antes no supe llorar, nunca me disculpe por nada, pero hoy sentí la necesidad de mirar tu fotografía y decir lo siento, no quise herir sin razón ni insultar sin argumentos, mucho menos convertirme en alguien que nunca consideré algo bueno o permisible.
Pero no logro encontrar los medios ni el impulso para recuperarme: me extraño, me perdí, me desconozco, me siento a descansar tratando de saber cómo lo hice, cómo logre caer tanto, cómo llegue aquí y únicamente descubro que tal vez, sólo tal vez, fue mi error.
Me acerco al hombre de traje negro, al mismo que solía admirar con grandeza divina, me llama hijo, como si me conociera de tiempo atrás, con tanta familiaridad al igual que un padre, pero sé que no lo es... ¡no puede serlo!, no lo recuerdo, debe ser un error, tal vez, sólo tal vez, mi error.
Decido buscarte en cartas añejas e imágenes impresas por puro instinto, sé que necesito algo para recordar quién fui y definir como caminar con la gracia que solía hacerlo, pero (con la misma ambigüedad con la que escribo) me siento insatisfecho de tanto papel con palabras huecas y fotografías dañadas por tiempo, sol y olvido.
Lo único más extraño o incomprensible que yo mismo, es mi necesidad por ti, eres tú y tu recuerdo -pues lo cierto y definitivo que conservo en mi cabeza y presente- es tu aroma y tus caricias. No recuerdo nada con tanta facilidad y fidelidad como los secretos que algún día se ocultaron del peligro del mundo en mis oídos y en mis besos.
Sonrío con sinceridad al sentir de nuevo en mi memoria tu abrazo cálido aderezado con esa sublime mirada de ternura acuñada en tu belleza y empeñada en hacerme feliz. Y es que he concluido, después de tantos años, después de tanto olvido, después de tanto desconocimiento sobre lo que has sido y hecho de ti, después de tanta impericia en mi andar, ¡he concluido que te amo! que aún me haces falta, que aún eres tú la misma que me hace ser yo. Porque al perderte renuncié a lo que era, porque desde el momento en que diste vuelta me fui contigo para protegerte y la persona que ha crecido frente al espejo no es nadie más que un cascarón con la misión de hacerme creer q podía seguir viviendo sin ti, pero hace falta más que orgullo para poder decir estoy vivo.
Quisiera encontrarte casualmente mientras camino y poder decir que eres -posiblemente, por obra de la casualidad, por error de la justicia- sólo mía. Pero es inútil, no sabría cómo es tu rostro. Tal vez intentaría reconocerte por tus manos, esas manos que muchas veces limpiaron mis absurdas lágrimas y que cerraron mis ojos como aviso previo de una bendición intempestiva de tus labios contra los míos y de un susurro que esfumaría todas mis dudas, pero debo reconocer que estoy casi ciego de ignorancia.
Tiempo, sólo tiempo es lo que me separa de ti, sólo el mismo tiempo, que es el mejor juez de todo y el mejor aliado de la verdad absoluta ante sus tintes relativistas. Porque antes de que partieras, aposté a que el error era tuyo, juré que regresarías a disculparte y que quien tocaría la puerta del perdón y la vergüenza serías tú; pero hoy desperté sabiendo que no he tocado cuerpos ni tenido amigos, sólo he vivido una mentira que fue mi verdad en mi falsa existencia, y eso se debe a que, con el tiempo, hoy soy yo el que regresa, el que rasguña el portón de la ignorancia vergonzosa y del perdón después de haber descubierto que, tal vez, sólo tal vez, fue segura e imperdonablemente mi error.
Miseria: amigos y pecadores
14 abril 2005
La virtud de haber caído
Mi rostro contempla hoy en día ausencia de pasión y de enérgicas ideas transformadoras.
Caí en el sentimiento benévolo de unos cuantos abrazos y rasguños sensuales.
Que me hicieron volar en sueños cancerigenos y mundanos.
Instantes que puedo ver esfumándose entre alcohol ardiente pero sin consecuencias,
son inútiles sobre mi conciencia, no puedo escapar de ella, no logro entretenerla
y lo último que necesito es a un ser más que cierre mis ojos con palabras húmedas
entorpecedoras.
Seduciré a tu dios con un cristal sobre tus venas, haré llorar el sacrificio inútil de tu maestro vacilante y torpe, fornicare el alma que te brindo con lujos que imperan sobre tus deseos más implacables.
Estoy cerca de volver a nacer y abrir el ataúd del amor negro, rasposo, traidor y débil. Gritaré con fuerza sobre los restos de lo que soy, un cuchillo dibujará una sonrisa en mis brazos y la sangre será el ritual de una despedida anticipada por falta de abrigo sincero. Pasajero de tus vivencias carnales conozco debilidades poco observadas que rodean tu falta de carácter y los insultos que parece parir tu lengua, los tragaré como ofrenda a mi rencor que hace olvidar toda clase de afecto.
El ocaso de mi última derrota se avecina con su olor a muerte y el himno del infortunio, desaparecen agonías, lloriqueos, se esfuman suertes y casuales tropiezos, ahora todo se escribe con el puño de mi virtud, la virtud de la venganza, la virtud de la emancipación, la virtud de haber sido tu esclavo, la virtud de haber caído.
30 marzo 2005
Epitafio
Loco entre cuerdos, siempre te recordaremos...
Lágrimas despiadadas marcan el camino de su despedida
versos triviales y predecibles narran el epitafio del adiós
errores inhumanos maldicen el pasado desperdiciado
y una flor que muere refleja el descuido de lo que fue nuestro
Melodías de belleza indescriptible recorrieron nuestra última noche
movimientos violentos tatuaron la pasión que nunca volverá a ser engendrada
voces que callan murmuran a gritos el vacío de las palabras
que no llegan a nada, sólo a pensamientos....
La marea aún sigue amenazando mi conciencia
con su infinito baile de llegadas y partidas
y la media luna indica el rápido paso del tiempo
desde la última encarnación divina en luna llena
Estoy hambriento de verte caer, de ver tus heridas y tu arrepentimiento
¡estoy solo!, es de mañana, y nadie toca la puerta... nadie toca mi vida
¡me estoy volviendo loco! voz aguda recorre mis gastados discursos...
he caido en la esquisofrenia de no verte llegar
Veo una sombra pasar, con el sonido del rio negro
quiero nadar en corrientes de fuerza irreal
de aguas violentas y feroces... quiero probar la muerte
quiero acercarme a ella, tocar su esencia
sentir su aroma fúnebre y sus labios repugnantes
¡Io ti ammazzo immenso vuoto
lasciami partire in mille pezzi la tua porcheria
la tua umanità, il tuo mondo
tu pazzia, tu solitudine, tu peccatrice, tu vicino. . . finiscano di infastidirmi!
La miel del pecado inundó mi cordura
el opio consumió mis últimos reproches
la tormentosa verdad se burló de mis analogías
de mis silogismos, de mis fórmulas, de mis sentimientos
de mis instintos, de mi desesperación, de mis explosiones
mátame Dios muerto, recuerda que algún día
tú mismo tuviste compasión por ti y te colgaste a la cruz
que esperas, da la orden, enciende tu relampago y deja caer la lluvia
... cobardes rodean mi funeral, nadie afiló la navaja
nadie clavó las espinas, no fui digno de él,
no fio digno de ella... no fui
Sólo fui un loco detrás de la ventana de los ingenuos cuerdos
siempre mirando a su mundo,
siempre soñando con volver al cuarto de colchones
siempre pidiendo la entrada
siempre regresado a este manicomio de muros materialistas
de medicinas mediáticas, de caras con maquillaje de hipocresía
siempre.. un cuerdo entre locos.
Adiós
Deja que el peso de las vidas a tu alrededor te envuelvan
dando muerte a tus ansias de venganza y de dolor.
Permíteles encontrar a la persona que escondes de ti mismo
y que disipa nieblas de hipocresía otorgando privilegios en tus palabras y escritos.
Después de un tiempo morirás para aquellos que habitamos tu tierra, pues tu ausencia
marcará una diferencia notable entre los que hoy te vemos sangrar lágrimas de oro.
Sin embargo, no te olvidan, ni lo harán, pues tu partida significa una pena tan grande como ver un deceso.
Por otro lado verás horizantes que muy pocos son capaces de admirar
y muy cobardes como para emprender el camino que tú estás
por empezar, y debes creer en los murmullos que te dicen que vas bien armado
y con violencia de sobra para abrir muros y partir maldiciones.
Las derrotas que antes han doblado tus piernas y apuñalado tu corazón
hoy serán tu fortaleza y tornarán de negro la sangre roja
que vio correr tu pena como señal de victoria sobre las decepciones innecesarias
pero muy tormentosas que amores paganos han dado como tributo
a tu honestidad admirable y lealtad indomable.
Duerme antes de la batalla, descansa y llora lo que amerite la situación,
pues mañana será obligatoria la furia con la que escribes
y la destreza con la que generas obras y sueños
como el que estás por conseguir.
Ignora y haz a un lado personas que te han flagelado los pasos,
que han marcado con traiciones e inexplicables ataques,
¡mátalas! agradeciendo la fuerza que has creado con sus estúpidas reacciones
y arremete violento, pero con sabiduría, contra lo que oculte tras el telón de la miseria a tu victoria.
Este es el consejo que como muchos otros se te dedica;
estás a punto de sujetarte a tu viaje y debes soltar las amarras.
Adiós te dicen y, desde la sombra que me cobija, yo te lo digo.
Adiós, no olvides que el resultado que obtengas no será obstaculo para que al regresar,
manos sinceras cubran tus heridas del viaje y reciban tus experiencias como leyes.
Y ahora que partes, despide a tu viejo mundo, el cual relatará tu testamento,
y virando hacia la colina, saluda al nuevo, que no será victima dócil de tus aventuras,
pero que sin duda, caerá halagado con tus relatos y tu valor.
10 marzo 2005
Luna
-Bienvenida a la desgracia - le dije a aquella extraña que retomó mi camino para estar a mi lado
sin preguntar siquiera quién era o a dónde me dirigía. Me extrañó la forma en que me miraba y
me extrañó aún más la forma en que yo la miraba a ella, como rogándole robara mi soledad y
bendiciera con palabras canallas mi derrota en esta mi tierra ajena.
No contestó y permaneció contemplando mi entidad, la misma de la que yo huyo y de la que
rehúso ser parte cada vez que dibujo garabatos sin inicio ni curso para borrar la sonrisa fatal
que en ocasiones se desmorona bajo mi rostro. Le conté inútilmente mi vida durante el viaje
hacia ninguna parte, a la par que la brújula nos perdía más en la inmensidad de lo confuso y de
lo interminable absorbiendo cada paso y cobrando dos suspiros por percibir el aroma de la
naturaleza virgen.
Después del río de aguas obscuras y desoladoramente hermosas, descansamos sobre el roble
de la sabiduría que nos contó su experiencia al lado de Alighieri a través del séptimo infierno y
del cómo, al fin de la existencia, Judas se redimió ante Cristo al cortarse la lengua por tercera vez
y envolviéndola en papel de oro la ofreció como tributo al guardián Minos. De escalofriantes
historias fuimos testigos mediante palabras exactas y desinteresadas, pero la noche ganó a
nuestro sentido del tiempo, tanto, que los gemidos de pecadores lastimaron nuestros oídos y
huimos al bosque marchito más próximo.
Una vez ahí temí convertirme en un habitante más de la caverna que construyó Platón para
Aristóteles en sus enseñanzas, uno de esos que se pierden entre las sombras incapaces de ver
la verdad; sin embargo, una luz interrumpió todo pensamiento e inspiración que pudo haber tenido
incluso el mismo Séneca, dueño del temor a la muerte. Temí perderla para siempre.
Aún no había vivido ni experimentado la muerte con ella y ya necesitaba protegerla por
voluntad propia, así que corrí gritando el nombre que nunca me dijo pero que se me ocurrió
por instinto... ¡Luna! - gritaba yo sin razón ni argumentos - ¡Luna! - volví a nombrar
desgarrando entrañas y sentimientos nuevos, caí en la desesperación , aunque no más que en el
temor al notar que la luz no se alejaba y por el contrario, se acercaba más y más, rodeada de un
vaho cálido y extrañamente familiar. Noté cuando fracturé mi tobillo contra aquella roca sin
compasión ni tregua pero continué con mi deseo por encontrarla y con mi carrera por huir de la
luz que alumbraba la inmensa fealdad del bosque haciendo más estresante mi prolongada
estancia no planeada en aquel lugar.
Ya habían pasado dos días o dos nuevas creaciones del maestro que me niego a reconocer,
pues vi nacer a un nuevo sol y vi morir a una cansada estrella roja que deliraba en explosiones
de gas sin conciencia. Nunca logré encontrar a Luna, pero la luz siempre me encontraba entre
sombras, tan frecuentemente, que llegué a familiarizarme con ella y a dejar de extrañar a Luna; no
es que ya no me interesará, pues yo no sé olvidar, pero aquella luz era tan seductora y frágil que
opacó por mucho la belleza humana y física de Luna mas nunca logró enterrar mi inexplicable
interés por su misterio ni por su matiz de melancolía.
Tras largas búsquedas sanó mi herida y otras cosas más que algunos llaman sentimientos,
también me hice más viejo pero nunca me sentí solo. Ella, la luz, no me abandonó, no faltó a
ninguna cita nocturna.
Siempre bien arreglada, aunque de luto, aparecía de la nada, arriba de la colina, sobre los restos
del sabio roble, con su aroma a eternidad y sus destellos de nostalgia. Me enamoré de ella y ella
no se enamoró de mí, pero fue fiel a mi honestidad y a mi poca cordura.
Una noche al despertar, los restos del roble se habían convertido en un nuevo retoño, todo lo
contrario a mis manos que aparentaban despedazarse con el más mínimo suspiro del viento.
Miré asustado a mi alrededor tratando de encontrarla y cuando fue apareciendo sobre la
colina, que con los años se había hecho más alta, fui descubriendo la puerta bíblica más grande
e imponente que pude haber observado durante todas mis noches . Sólo pude leer la primera y
la última línea de el texto gravado sobre de ella: "Per me si va nella cittá dolente... Lasziate ogni
speranza, voi che entrate."
Mientras recordaba que aquellas palabras eran las escritas por Dante en la puerta del
infierno, la luz fue abrazándome lentamente y yo fue perdiendo la vista, que era el único sentido
que aún me quedaba. Ella susurró directo a mis venas, a mi alma (que creía ya extinta) y a mi
conciencia, lo que menos esperaba escuchar - Gracias por el interminable viaje. Nunca te
abandoné y siempre viviste equivocado, sí te amo pero no como tú me amas a mí, pues yo soy
tu amante, pero tú, tú eres mi padre, me bautizaste como Luna y decidí visitar tus noches de
decadencia para que no terminaras solo. Ahora lo entiendes ¿cierto? acompañé tus pasos
por perdurables guerras y civilizaciones, te descifré el bosque en el que te perdiste y del que
hiciste tu hogar... pero no eres eterno y yo sí lo soy, por ello, seré yo misma tu homenaje, tu
ceremonia, tu único testigo y tu más fiel amor. Me esconderé del hombre común durante el día
y saldré en las noches a recordar quien fuiste mientras todos duermen. Me llamaré Luna.-
Así fue que la conocí y así fue que ella me dijo -bienvenido a la desgracia-
20 febrero 2005
La que no eres
25 enero 2005
Tenías que ...
Tenías que romper la esperanza
Tenías que rasgar la ternura
Tenías que desmembrar la última oportunidad.
En días en que no existían miradas, sino solo recuerdos,
trazaste caminos adversos y confusos para mi razón;
fue ella la que me advirtió cuando se habían roto mis tobillos
en tu andador de juegos y emociones superficiales...
Pero demasiado tarde, pues la razón sucumbió a los cantos del corazón.
Perdí barreras y tretas elementales que protegían
cicatrices incurables, sangrantes de deseo y de rabia.
Robaste humor y días tristes, acostumbré a mi cuerpo a tus besos
y a mis oídos a las mentiras más elaboradas y mortales que habían escuchado.
No necesitabas secar mi aliento ni terminar con mi esperanza.
No necesitabas burlar trampas inaccesibles hacia mis ideales y sueños.
No necesitabas malgastar mis ojos con lágrimas de desesperación.
Dañaste lo irreparable.
Te llevaste lo inolvidable.
Destruiste lo invaluable.
Mentiste en los pecados.
Confesaste en tiempos caducos.
Advertiste ya en mi delirio.
Remediaste tu conciencia pero dejaste de luto mis días que sin ti son rutina,
olvidaste que para salir de algún lugar hay que cerrar la puerta
y me abandonaste mientras miraba por la ventana tu ausencia
esperando el regreso que se fue una madrugada de muchas sombras y pocas palabras.
El calor de la fe terminó por incinerar mis emociones
y marchitó el jardín de los recuerdos que ahora riego con gotitas de nostalgia.
Tocaste mi cuerpo maldito y renegaste de la soledad
mientras encontrabas un mejor camino.
Que clase de honestidad destruye al amor
y lo convierte en melancolía llorona de callejones baratos.
Que clase de bestia desangra paladares con besos
y rasga la piel con gestos de hipocresía.
Tenías que dejarme caer en nubes pesadas y sólidas.
Tenías que hacerme volar aun con las cadenas preñadas de un pasado traidor.
Abusaste de mi ceguera voluntaria...
porque así es como le llamo ahora a la confianza en un buen rostro
y un miserable sentimiento inexistente.
Ignoraste momentos de soledad y te entretuviste conmigo.
Tan fácil como arrojar una piedra al rió.
Tan fácil como tirar una foto sin rostros.
Tan difícil como fuiste con los otros.
Palabras huecas, palabras más, palabras... sólo palabras...
parecerán quejas a tu presente
pero por lastimoso, incomodo y patético que sea...
Solo quería recordarte
que no tenías porque hacerme frágil, débil y sumiso.
No tenías porque robarme la primavera,
no tenías porque dar la espalda cuando más necesitaba de un solo detalle de estima.
Y necesitas recordar que después de todo eso...
lo único que debías hacer jamás lo hiciste,
Tenías que darle fin a nuestra historia.
Tenías que cerrar la puerta.
22 enero 2005
Tierras Extrañas
Tierras extrañas
Dediqué tres miradas a la Derrota...
más que inspirado más que asustado
observé que ni las flores entendían
el sitio en el que me encontraba...
no hablaban, sólo sabían quién era yo.
No pude permanecer ahí , ni partir
parecía todo desaparecer frente a la desesperación...
busqué por el mundo una sonrisa de brillo estelar
pero sólo tropecé con huellas de mi pasado.
Aposté dos suspiros con la Victoria
y perdido en el glamour de jardines azules,
rendido en deseos de agua dulce y eterea,
descifré que el dolor será por siempre parte de mí.
Toqué melodías de consolación a la soberbia
y partí de aquella tierra extraña.
Sin polos que habitar
sentí por única vez la distancia que existe
entre el vacío inmoral de la resignación
y la fortaleza de un orgullo embarnecido de olvidos.
En ocasiones siento que estoy muerto
... en ocasiones lo se ...
sumiso ante lo que tengo
deduzco que " en ocasiones"
significa realmente "siempre".
Nómada a través de los estados y las emociones
me marcho para regresar a lo que nunca será lo mismo.
Mudo ante la debilidad que fortalece a las críticas
muté en piezas dispersas,
vecinas de constalaciones en venta.
Conocí un ángel sin alas
que me regresó a mis dos tierras extrañas...
Derrota y Victoria quedaron con quejas
sobre mi infortunio y lo ilógico de mis palabras y consejos...
les resolví que mi estancia no tenía precio
y jamás pensaré en ellas de nuevo.
Voy en expedición de nuevos sabores y olores
porque ahora no estás,
estoy plasmando vidas cortas e infames
que envenenan la esperanza.
Y aprendí en dagas de preciso filo
que antes de renunciar a tus laberintos...
primero debo dejar ir al que yo fui...
Regalo un saludo a la Tragedia
una pena, una razón, una serpiente, una traición...
mejor ora a la muerte
porque duermo sobre su calor y bienvenida.
Sobre paz momentánea duermo...
vine a pasar la noche y no quiero sentir al mundo que me rodea.
El perdón vendrá por la mañana
envuelto en nuevas tierras extrañas.
12 enero 2005
Alicia
Fue suave espuma de tranquilidad
Flotó en recuerdos de aire frío
Fue una breve llama en el invierno
La conocieron por su alma añeja
que consolaba al más doloroso padecer
de los corazones rotos.
Nunca vino a verme
pero siempre supe que era misteriosa...
Más que el abismo entre nosotros
Y que era angelical, más que el sueño
que puede revivir el más dulce momento.
Ella brilló por toda constelación
Fue hermana de Venus, diosa perfecta
Perfecta por sus errores
Imperfecta por su humildad.
Poseía piel de porcelana
Comprable con la piel del cielo
Conservaba miradas azules
Miserables por su sinceridad...
Cuando cerró sus ojos
Aclamó cultivar la muerte
con pasivas melodías de tragedias
Remojó sus labios en hielo seco
Y sangró con alegría
Compartió la humedad roja con los más tristes
Y demostró su compasión con los más débiles.
La llamé Alicia
Y se fue como boreal del norte
Despidiendo colores en su retirada
Cantando al unísono con
el caer de la lágrimas
Dijo regresar al formarse otro círculo en el oscuro cielo
Que saludaría a la par que la luna llena
Que no olvidáramos como se mira hacia el cielo...
Todos admiramos
El funeral de ensueño
Y en la piel de una gota
Demostró la pureza que puede haber
en alas rendidas por su largo camino
y su corto egoísmo
Escribimos en su pecho nuestra despedida
mientras la tinta fue absuelta de culpa en su cuerpo
Subió una pluma rojiza del suelo
con su último suspiro
Y cayó del techo un cuervo
con su último verso.
No pude preguntarle su nombre
Pero siempre la llamé Alicia
Al morir me acerque para decir
-¿qué nombre debe tener su cruz?-
y ella partió diciendo
-no quiero cruz...
quiero mi país de maravillas.-
09 enero 2005
Lágrimas de un corazón.
Decidí poner mi corazón en la ventana, a la luz de la luna
a donde los gatos pueden pasar perdidos y maullar hasta saciar su sed de misterio y melancolía .
Se alimentarán de lágrimas de un corazón.
Pienso vivir de personas ajenas a mi razón y sentir,
invitándolas a tomar una noche sin consecuencias, sin deberes ni dudas.
Fue hace mucho tiempo que empecé a tratar de matar al tiempo,
haciéndome el héroe de una historia negra y marchita.
Pero hoy invalidé a las manecillas y pienso medir el resto de mi estancia
a través de sonrisas mediocres y saludos hipócritas.
Después del mes de las caricias empezará el invierno de noches húmedas y tristes, de lluvia roja y labios carmesí.
Engañare a mi cuerpo con roces simbólicos y a la razón la entretendré leyendo los poemas que escribió un poeta barato y borracho de una suerte servilista.
Al filósofo que solía guiarme con sus ideas y la pasión q encerraba enseñanzas excelsas,
el día de hoy, lo maté por segunda vez
y pienso montar su velorio en un escenario que estará en venta
por un cheque de recuerdos falsos y amigos imaginarios
Crearé mi mundo en cuatro paredes que me darán lo que no pudiste entregarme,
silencio bendito que grita en vacío lo mucho que desea la tranquilidad
y la paz blanca y divina.
Las ventanas permanecerán cerradas para no dejar entrar ni a la esperanza ni al perdón
que siempre desean coleccionar lágrimas saladas y de peligroso sabor romántico
para después regar su jardín predilecto, su invernadero de espinas y risas falsas,
de traiciones sin vuelta y heridas sin cura.
Cuando llegue la primavera de la furia
inundaré los recuerdos y visitare el cementerio de las memorias,
alguna vez paraíso de la soledad, hoy un lago oscuro de agua pútrida sin vida.
En el verano de la opulencia llegaré a tener noches de inconciencia y basura en las venas,
lloraré sangré y mis brazos rogarán más surcos para mi rió de traiciones,
el rojo vestirá mi piel desnuda y mis ojos se cegarán con carbón para cicatrizar la deformidad que me permitió ver.
Para ese entonces ya estaré bastante viejo como para considerar el perdón una posibilidad
y el olvido de la vejez condenará mi cabeza suficiente
como para pensar que el cementerio será más toda una ciudad de memorias
y tendré un escaso patio de realidad pastosa y difícil de digerir.
Todo eso lo puedo ver desde aquí, mi presente, mi punto cero, mi día uno, mi renuncia,
mi despedida al que fui mucho tiempo y que nadie vio ni quiso valorar.
He invitado a la primera dama que ocupará la cama de mi nueva vida,
tiene senos marchitos y ojos negros.
No posee sonrisa alguna y sus manos son tan frías
como alguna vez temí que estuviera tu corazón.
Sus piernas lastiman mi cuerpo y sus palabras son las más halagadoras que pude contratar.
Ella es honesta y vino sólo por mí,
sabe las palabras exactas y las mentiras las condena con el dolor.
Me he postrado ante la más alta colina de mis tierras extrañas
y he podido ver que atrás de todos esos meses y ruines estaciones
viene la más oscura, triste y última de ellas: el otoño.
Será un Otoño de calles solitarias y de mucha pena,
de llantos salvajes, de miradas al pasado que salpicarán de nostalgia mi caminar,
tropezaré con hadas y cíclopes tan irreales como la máscara
que hoy protege mi carencia de entendimiento a la situación,
me abrazaré de la primera virgen que se ofrezca por menos de un halago
y un buen billete.
Será una estación llena de gloria para la perfecta celestina que hoy me acompaña.
Ella será la única que me entregará lo que ando buscando desde hace años de reflexión
y desde la tercera semana de vulgaridades.
El Otoño cerrará mis heridas con un beso de labios huesudos y miradas inexistentes,
de anonimato llorón primo del egoísmo frustrado.
Será la muerte quien me salve de esta vida de insatisfacciones.
Liberará al corazón que hoy espera secarse sobre mi ventana
sin más lagrimas que entregar y sin palpitar alguno que lo reanime,
se ha rendido declarando victoria para el deseo, ha empacado
lo que siente por ti en maletines de felicidad instantánea.
Se escucha a los gatos venir marcando territorio sobre cada parte
mi sentir, su apetito apesta a vanidad de primera categoría
y vienen recitando poesía sagrada, impíos de mala calaña tendrán
de postre mi esmeralda de esperanza.
Es así como escribo sobre la ventana.
Con la última gota será suficiente
para relatar un diario, un diario inspirado
en la última lágrima del corazón.