Hoy vi que te alejabas acompañada de un triste velo de antipatía, con una sonrisa que siempre llevas en el rostro como por firma un deseo carnal que regalan los labios carmín atrapados en un bello rostro con lágrimas.
Hoy regrese abrumado por los consejos y voces en una cabeza triste y nostálgica que a diario cargan mis hombros, hombros débiles y sin forma que por tanto tiempo esperaron levantarse entusiasmados por la cercanía de un aroma porta voz de la felicidad encarnada en un cuerpo mítico, fantástico e insignificante comparado con la grandeza de un corazón firme y fiel digno de amarse sin ataduras y sin complejidades entupidas de un humano sonrojado por el sentimiento y asesinado por la duda naciente de su naturaleza.
Con dolor en el pecho mi antifaz retiro para que veas el engendro que llevo por ser y la broma de belleza que llevo por cuerpo. Ahora veo que aquella sonrisa no es más sincera que el cortejo de una especie a otra como deseo mas no amor.
Me has hecho llorar en silencio y gritar en público, un público compuesto por mis temores y manipulado por una astucia que emana de tu hipocresía. Con rabia y enojo dedico un llanto a tus mentiras que formaron mi fe en el sentimiento del que muchos hablan y escriben pero que pocos dedican su pensamiento en esencia.
Dijiste te amo cuando querías una pareja para tu soledad y perdiste la idea cuando dependiste de ella.
Tú falsa promesa de vida, mi futuro planeaste en papel dorado que se marchita como flor plástica sin vida, es eterna pero vacía y sin contemplaciones por la pasión de dos cuerpos remanentes de un deseo pasado y extinto llamada familia.
Desgarro el deseo y sed de ti entre materiales enajenantes y distractores de mi pesadumbre que refleja en mis ojos la decepción por despertar en una mañana de alegrías grises y perfumadas de pérfidos pecados asquerosos, pero sobre todo son materiales hirientes que conviven con mi soledad melancólica; me llamas para decir que aun puedo seguir respirando mientras envenenas mis pulmones con versos de aroma en un cuerpo retenido junto al mío al amanecer que cada día repite su rutina sin errores. Me das felicidad que solloza penas de perpetuidad y engaño autocomplaciente y salvaje.
No comprendo tu bello cáncer de maquillaje convaleciente y etéreo sobre un rostro incapaz de mostrarme el atormentado pasado de tus engaños universales. Ahora tu misma confundes tu realidad con esa obra de arte a la que llamas amor y a la que yo nombro vergüenza (gracias por ocultarme).
Gracias por este viaje alguna vez astral y ahora mi infierno. Entre cada lugar visitado descubrí el asco que sientes por mí: en una ocasión de paso por un boulevard note tu perfil angelical mientras éramos 2 pero también su transformación a un perfil indiferente, insignificante y falso cuando éramos más que nosotros. Gracias por enterrarme vivo entre mis deseos y esperanzas por ser feliz.
Así como tú sabes hacerlo..... Yo también te amo...
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