Alguna vez de alguna tarde en algunos casos, mirar a nuestro alrededor para observar lo acontecido que no trasciende pero sí resiente lo absurso del caso menos parecido a la realidad, nos da nauseas por falta de coherencia y exceso de zozobra y de cohersión.
Podemo hacer algo, lo sabemos dentro de la pasividad fermentada por los medios estrechos, padrotes de ideas sin ideología ni identidad, meditación de lo ajeno que hacemos propio por falta de iniciativa activa circundante del abuso injusto.
Emancipa tu interior con brindis de razón escalonada, cambia lo que no permite crecer tus situaciones más incómodas pero gratificantes. Corregir el error no es parte del juego de la demagogia, es un componente elemental de la solución. Ambivalente reto empezar por uno mismo para poder terminar con el todo del que formas parte.
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