La democracia no se encuentra en un control remoto, sino en nuestras manos tan ajenas al conductor del noticiero.
Una democracia real alcanza y trastoca todo ámbito de interés público para una sociedad: el sistema político, la inclusión financiera, los derechos humanos y la participación de la ciudadanía, etc. Transforma la convivencia entre la sociedad y la gestión del Estado para dar cauce a una comunicación directa y eficiente que garantice el entendimiento de las necesidades y prioridades del gobernado por el gobernante, matrimonio voluntario.
Porque en México la democracia pluralista, muy al estilo advertido por Norberto Bobbio, complica la incursión del ciudadano en la vida socio-política de este país tan lastimado y estructurado sobre costumbres densas y pesadas; porque el muro mediático ha definido los personajes de lo que será nuestra historia; es que hoy la movilización ciudadana y las nuevas células de activismo social comienzan a incomodar a Goliat con armas tan rudimentarias y letales como la pluma, la letra y la voz.
La democracia real comienza a interrumpir el sistema tradicionalista Mexicano y lanza un mensaje sólido al status-quo: hemos llegado, hemos hablado y estamos actuando.
Bienvenido el advenimiento de una democracia real en México.